Una disciplina que combina danza clásica, fitness y pilates acaba de instalarse en Bs. As.
“Demi plie”, dice la profesora Noelia Rusi, de musculosa y calzas multicolores, y las chicas flexionan las rodillas. “Relevé”, insiste Noelia, y las chicas suben los talones sin chistar, como si de una exhortación divina. Podríamos estar en el Teatro Colón, en alguno de los ensayos de Cascanueces o El lago de los cisnes. Pero no: lo que nos ocupa, esta vez, es una clase del “método barre”: una disciplina recién importada de Nueva York que combina danza clásica, fitness y pilates. Se estima que llegó a la Gran Manzana como un derivado de una rutina de baile aplicada a la terapia de rehabilitación creada por la bailarina alemana LotteBerk.
“¿Qué mujer no soñó con ser bailarina?”, pregunta JopiMaina, socia de Noelia en Fit Barre, el estudio que abrió “hace cosa de un mes” en Belgrano y al que asisten unas 200 ladies de “15 a 70” años. Y agrega: “Barre significa ‘barra’ en francés. Somos pioneras, el primer y único estudio de estas características en la Argentina: a las posturas básicas del ballet les sumamos ejercicios de fitness, como trabajar los hombros con mancuernas de medio kilo o con pelotas, o de pilates, como llevar todo el peso del cuerpo a los empeines. Y en el medio se hacen sesiones aeróbicas, con trotes alrededor de la sala.
La clase continúa al ritmo de una seguidilla de hits bien poperos, como si el equipo de audio estuviera siempre sintonizado en Radio Uno: suena Café Tacuba. “¡Eso!, ¡eso!”, se entusiasma Noelia al ver que sus alumnas, descalzas, estiran las piernas como si fueran muñecas de goma o, por qué no, contorsionistas del Cirque du Soleil, capaces de rascarse las orejas con las puntas de los pies. “¡Muy bien!, ¡muybien!”, las elogia, satisfecha con la respuesta física de sus discípulas a los estímulos de sus órdenes.
“Los ejercicios son fáciles de aprender”, sigue Jopi. Y suma: “Tonifican el cuerpo, fortalecen los músculos, mejoran la postura y aumentan la flexibilidad. ¡Y la panza te queda como una tabla de lavar! No por nada, el método barre es utilizado por las modelos más importantes del mundo, como Los Ángeles de Victoria’sSecret”.
Ahora, sobre el parquet recién lustrado, las chicas se divierten como colegialas en plena salida extracurricular. Y transpiran, toman agua y se secan con toallas blancas.
“Fit Barre tiene una onda especial”, comenta Jaqui, de 39 años. “Aquí descubrí un lugar que me llena el alma: me permite volver a encontrarme con la danza clásica que practicaba de chica y me aporta el equilibrio y la fuerza que lograba en pilates”. No menos entusiasmada con esta práctica, Ceci, de 26 años, aporta: “Venir a Fit Barre es entrar en eje, conectar con cada parte de tu cuerpo y salir feliz”.
Son los últimos minutos de este entrenamiento de una hora. Con energía como para coordinar tres clases seguidas, Noelia pone el split a 20 grados. Apaga las luces y la sala queda apenas iluminada por un resplandor verde, lo que le da al lugar una sensación de calma, de introspección. Para elongar, las chicas se recuestan sobre mats, las típicas colchonetas finitas de yoga. En un rato empieza la clase de esa disciplina “y algunas de las chicas se van a quedar”, cierra Jopi. “Sí, jornada completa”. O estrés go home.
Todo empezó con El Cisne Negro
El método barre se empezó a difundirse y propagarse después de que la actriz estadounidense Natalie Portman contó que lo había utilizado para estilizar su figura antes de filmar la película El Cisne Negro (2010), donde lucía realmente en forma.
Para practicarlo, según explican las profesoras Noelia Rusi y JopiMaina, “no hace falta entrenamiento previo”. Y agregan: “Hay chicas que vienen una vez por semana y otras, hasta cuatro. ¿Si lo practican hombres? No, está orientado sólo para mujeres”.
Fuente: Clarín
Publicar un comentario