- caminata, CARRERA de Avon Para Ganarle al cancer de mama
(Gente) La actriz y cantante encabezó la 13ª Caminata-Carrera de Avon para ganarle al cáncer de mama. Fue el domingo 24 de septiembre en los bosques de Palermo y reunió a más de doce mil personas, entre ellas y por primera vez, a mujeres que vencieron a esta enfermedad. GENTE recopiló sus inspiradoras historias.
No sabés con quién te metiste. A mí no me vas a ganar”, pensó Mariel Edith Caro, vendedora, el día que le diagnosticaron cáncer de mama. Corría el 2014 y, como cada año, se hizo su chequeo médico. Los resultados fueron normales. Sin embargo, antes de diciembre sintió “algo raro” mientras se hacía un tacto en la ducha. Después, todo fue muy rápido: operación, quimioterapia y rayos. “Este año terminé el tratamiento”, cuenta orgullosa.
Para la periodista Liliana Caruso el diagnóstico también fue inesperado. “Me había hecho una mamografía en septiembre de 2003 y los dolores empezaron en enero de 2004. Tardaron casi nueve meses en detectarlo. Cuando por fin dieron en la tecla, no podía creerlo. “Quiero vivir”. ¿Qué tengo que hacer?’, le dije a mi médico”.
La actitud que el paciente adopta frente al diagnóstico es trascendental. “Lo importante en la vida no es lo que te sucede, sino cómo lo afrontás”, reflexiona la docente Graciela Bertolini, que tuvo cáncer hace catorce años. “Hice quimioterapia, rayos, me quedé pelada, usé peluca y después la vida siguió adelante”, dice.
Para la diseñadora gráfica, escritora y publicista María Eugenia Mignona, la noticia del diagnóstico fue “un mazazo en la cabeza”. A pesar de que se hacía los controles cada año, entre 2014 y 2015 le aparecieron dos tumores cancerígenos. “Lo primero que pensé es: ‘No voy a ver crecer a mi hija’”, cuenta.
Quienes hablan son cuatro sobrevivientes del cáncer de mama que, el domingo 24 de septiembre, participaron de la 13ª Caminata-Carrera de Avon. Sus testimonios sirven para visibilizar esta enfermedad, que representa la principal causa de muerte oncológica en la mujer. La buena noticia: detectada a tiempo es curable en un 90% de los casos.
MEJOR HABLAR DE CIERTAS COSAS.
“Las mujeres hablamos de un montón de temas: trabajo, amor, hijos, pero... ¿cuántas veces nos preguntamos: ‘¿Te hiciste una mamografía?’? Hay mucho tabú con el cáncer de mama”, dispara Natalia Oreiro ante la multitud. Y enfatiza: “Hoy, cuatro de cada diez argentinas no tienen el hábito de realizarse anualmente una mamografía. Es importante que conozcamos nuestro cuerpo y estemos atentas, para detectar los cambios que puedan ser indicio de la enfermedad”.
Detrás del escenario, Gisel González Viana, licenciada en Relaciones Públicas, sabe perfectamente de lo que habla Oreiro. Gracias a una “autoexploración”, descubrió un “bultito” en uno de sus pechos. “Hay un antes y un después de la enfermedad. Yo siento que me transformó”, asegura. Y agrega: “Nos llaman ‘sobrevivientes’. A mí me gusta más decir ‘paciente recuperada’. Creo que hay que enfocarlo en lo positivo. La lucha, la guerra, me parecen palabras negativas”.
El evento finaliza con un “Pase de lazo” entre pacientes recuperadas y mujeres que aún están bajo tratamiento. Hay aplausos, lágrimas y abrazos. Natalia se despide del público con su clásica selfie y baja del escenario. Pocos metros la separan del VIP de prensa. En ese trayecto, es interceptada por fanáticos y seguidores que le manifiestan su admiración y, además, le piden selfies y videos. A todo dirá que sí sin perder la sonrisa. Finalmente, se sentará para conversar con GENTE.
¿Qué significa ser la cara de este evento?
Es importante concientizar para celebrar la vida. Lo hago como ciudadana y también como embajadora de la Fundación Avon. Vengo a transmitir un mensaje que, para muchas personas, se vuelve más cercano si viene de alguien que reconoce por un programa de televisión o por una película, que si lo dice un médico.
¿Te sensibiliza escuchar los testimonios de las sobrevivientes y pacientes de cáncer de mama?
Sí. Es inevitable no solidarizarte con sus historias. También pensás: “¿Y si me pasara a mí?”. Yo tengo tres amigas cercanas que enfrentaron el cáncer de mama. Todos tenemos alguna familiar o conocida que atravesó, está atravesando o va a atravesar esta enfermedad. Lo más importante es acompañarlas y hacerles saber que no están solas. La parte emocional es fundamental en estos casos. Las endorfinas generan anticuerpos. Si una mujer se deprime, no colabora con el tratamiento.
Con una agenda tan cargada, ¿siempre te hacés tiempo para estos chequeos?
Sí. Justamente, mañana tengo mi turno para hacerme la mamografía. Qué casualidad, ¿no? Yo siempre me hago auto exámenes. Lo aprendí de mi mamá Mabel. Me acuerdo de verla recostada en la cama haciéndose un tacto. Entonces, lo tengo muy incorporado desde muy chica.
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