- ¿Qué hace el gobierno ante esta difícil situación?
Pugna de grupos de interés pretende imponer sus conveniencias al margen del Estado.
(Proactivo) Complicadísima situación la que se está experimentando en el sector energético peruano. En los tres últimos años, la inacción para plantear políticas de largo plazo ha sido reemplazada por el inmediatismo, cubierto por el despliegue mediático en la prensa económica, sin dar confianza alguna al inversionista que evalúa iniciar o ampliar operaciones en el país.
Hoy estamos asistiendo a una disputa de intereses en el Congreso de la República, tras el dictamen que consolida los proyectos de ley 621 y 1174/2016-CR, bajo la pomposa denominación “Ley de Seguridad Energética”, donde queda meridianamente claro que se busca darle un tratamiento privilegiado a la producción de energía eléctrica con Recursos Energéticos Renovables No Convencionales (RERNC), que incluye a las centrales hidroeléctricas de hasta 20 MW, pero que se pretende que comprenda generadoras de hasta 50 MW.
No se trata solo de ver los intereses de los operadores del sector electricidad, sino también del sector energético en general, que también comprende las operaciones de oil & gas.
No se trata solo de ver los intereses de los operadores del sector electricidad, sino también del sector energético en general, que también comprende las operaciones de oil & gas.
DICTAMEN RIESGOSO
El dictamen ya referido, que está próximo a ser debatido en el Pleno del Parlamento, aparentemente es inocuo. Le otorga discrecionalidad al Ministerio de Energía y Minas (MEM) para fijar el porcentaje de participación que deben tener las RERNC en el consumo nacional; facultad que ya la tiene desde mayo de 2008, fecha en la que se publicó el Decreto Legislativo 1002, conocido como “Ley de promoción de la inversión para la generación de electricidad con el uso de energías renovables”.Adicionalmente, el dictamen propone que la tarifación que se hace a doble horario se realice a triple horario diario.
Los puntos pueden ser materia de debate, en lo concerniente a la discrecionalidad del MEM, de la cual discrepo, pues a nombre de ella podemos tener sesgos perjudiciales al consumidor. También es debatible el tema de los horarios, el cual es conveniente para los generadores a base de energía solar, pero que es pertinente discutir técnicamente sus efectos.
Sin embargo, las preocupaciones son subyacentes. Se comenta en corrillos parlamentarios que para la discusión en el Pleno se va a introducir el incremento de la participación de las RERNC del 5 % al 10 % del consumo nacional, y que las hidroeléctricas serán consideradas como RERNC hasta los 20 MW. Estos temas no se pueden tomar con ligereza, requieren fundamentación técnica y económica, que sustente una señal de largo plazo para los inversionistas; que va más allá de la mirada focalizada en el sector electricidad y debe incluir el horizonte energético.
LOS ARGUMENTOS
Hay tres elementos: disminuir los gases de efecto invernadero (GEI), que es una tendencia a nivel mundial, disminuir los gases de efecto local que son dañinos para la salud y preservar la sostenibilidad en largo plazo de los recursos no renovables
En los GEI, la atención se ha centralizado en el dióxido de carbono (CO2) y en los óxidos de nitrógeno (NOX), a pesar de que también son de interés el vapor de agua, el ozono, el metano y los clorofluorocarbonos.
En los gases de efecto local, el monóxido de carbono (CO) y los hidrocarburos con combustión inapropiada (HC) son materia de preocupación.
Sobre los recursos no renovables, la discusión se centra en nuestro país principalmente en el gas natural (GN), del cual hoy se produce con destino a los mercados cerca de 1,200 millones de pies cúbicos por día (MMPCD), provenientes, en inmensa mayoría, de los yacimientos ubicados en la selva sur. En caso del petróleo crudo para refinar, el abastecimiento se hace en cerca de 70 % con producto importado, así que el desgarro de vestiduras no es tan dramático.
GENERACIÓN ELÉCTRICA
Para discutir sobre el tema, es imprescindible utilizar cifras oficiales, que en nuestro país son las señaladas en el Plan Energético Nacional 2014-2025 (PEN). En este documento se señala que la participación de la electricidad en la matriz energética de consumo final será de tan solo 18 % en el 2025, medido en unidades de energía, lo que significa que solo descenderá un punto porcentual respecto al valor calculado en el 2014. El 82 % restante, corresponderá en dicho año a hidrocarburos y derivados: 35 % al GN; 19 % al diésel 2 (D2); 12 % al GLP; 4 % a las gasolinas; 4 % al turbo; 3 % al carbón; 1 % a bosta y yaresta y la increíble cantidad de 4 % a la dendroenergía, dentro de la cual se cuenta a la leña.
Es incuestionable que, si se pretende justificar las RERNC desde un punto de vista de reducción importante de GEI, la afirmación es errada. Más bien, debería insistirse en incrementar la participación del biodiésel en 2 % adicional en el petróleo D2 y del etanol en 2.2 % en las gasolinas. Ya veo a los refinadores: Refinería La Pampilla SA y Petroperú, piteando como el Tren Macho en sus mejores épocas.
AGOTAMIENTO DEL GN
Un importante argumento a favor de las RERNC es el agotamiento del GN, del cual en los últimos años se ha venido acelerando la disminución de reservas sin mayores hallazgos significativos. Los lotes 88 y 56 están siendo intensamente utilizados, el lote 57 tiene reservas magras ya en explotación y en el lote 58 aún no hay reconocimiento oficial de reservas probadas.
La pregunta es:
¿A futuro qué se espera de nuevas unidades de generación que usen GN como combustible?
Antes que nada, cualquier generador a GN tiene que operar a la máxima eficiencia posible, que corresponde a las plantas de ciclo combinado, para poder competir en el mercado. En esta tecnología, con 50 millones de pies cúbicos diarios (MMPCD), se puede operar una planta de hasta 350 MW, con una operación permanente al 80 % de su capacidad.
En el régimen de operación señalado, 13 años de trabajo continuo consumen reservas por 0.23 trillones de pies cúbicos (TCF), que equivalen a lo que consume un año de exportación de gas natural licuado (LNG) desde la Planta de Exportación de Perú LNG.
En esas condiciones tampoco estamos en dramatismo extremo respecto al agotamiento de reservas de GN. Esto no significa que la agencia estatal Perupetro deba abandonar su rol de promotor de la exploración y producción de hidrocarburos.
PANORAMA PARA LAS RERNC
Con lo expuesto, los promotores del incremento de la participación porcentual de las RERNC deben afinar sus argumentos para el debate. Pienso que, con la información disponible, el porcentaje debe mantenerse en el 5 % del consumo nacional.
Hay una ventana para hacer una subasta RER por la inexorable carencia de generación a bajo costo desde el 2020 hasta el 2023, por lo menos, ante el retraso en el Gasoducto Sur Peruano.
Se tiene que pensar en una generación descentralizada, con preponderancia en el sur, donde están los grandes proyectos mineros y que se haga participar a todas las tecnologías RERNC, no solo eólicas, solares y biomasa, sino también geotermia, pues ya existen empresas con permisos exploratorios que tienen 16 proyectos en evaluación.
El proyecto de Acción Popular
El Proyecto de Ley 621/2016-CR, cuyo autor es el legislador acciopopulista Armando Villanueva, busca –según lo señala– “asegurar que el Estado cumpla con metas concretas de política en materia de energía limpia, que permitan diversificar la matriz energética, promover la agricultura, reducir la contaminación y ganar en eficiencia energética, asegurando la competitividad y mayor productividad de la economía nacional y el cumplimiento de los acuerdos de la Cumbre Mundial de Cambio Climático de París del año 2015, y con los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas”.
Entre otros aspectos, la iniciativa legislativa contempla el uso de energías renovables no convencionales; la masificación preferencial del gas natural para los hogares, transporte e industria; y la elaboración de un Plan Nacional para el transporte eficiente. El avance de estas disposiciones será monitoreado por la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) para lograr los objetivos del Ceplan y las Naciones Unidas.
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