Sucesos |
Presidente del Consejo Nacional de la Magistratura rechaza frontalmente proyecto de ley que modifica la designación de miembros en su organismo. Advierte injerencia política y anuncia que luchará por defender la institucionalidad.
La mañana del 29 de julio, el doctor Guido Águila, presidente del Consejo Nacional de la Magistratura, se levantó muy temprano porque tenía una cita importante en el Congreso de la República. Tenía un asiento en el hemiciclo donde el presidente Pedro Pablo Kuczynski daría su acostumbrado mensaje a la nación. Hasta ese momento, nada hacía suponer la desagradable sorpresa que el mandatario le tenía preparada.
La ceremonia fluía con cierta normalidad hasta que, cual entrenado mago de circo ruso, PPK sacó el as oculto bajo su manga: un proyecto de ley para modificar los artículos 155° y 156° de la Constitución Política del Estado.
“Hubiera sido mejor no asistir”, comenta ahora Águila. Para él queda claro que este pedido promoverá la injerencia política en el CNM, un órgano que debe de mantener su absoluta independencia.
¿Cómo se sintió en ese momento?
Me produjo dos sensaciones. La primera fue de una total incoherencia entre lo que decía el presidente y lo que estaba haciendo. Empezó su discurso señalando que el Poder Ejecutivo no había tenido interferencia en el Poder Judicial en este primer año de gobierno y minutos después presenta un proyecto que busca interferir el poder político en el sistema de justicia. La segunda fue la de una falta de lógica al manifestar su intención de diálogo cuando este proyecto jamás se consultó con las instituciones del sistema de justicia.
¿Qué es lo que se tenía planeado?
Habíamos quedado que cualquier reforma se iba a hacer en interno, partiendo de un proyecto de reforma presentado por el CNM en coordinación con el Ministerio de Justicia y el Acuerdo Nacional por la Justicia.
¿Es legítimo el pedido presidencial?
Este proyecto de ley es un absurdo que nace viciado por varias razones. Mi primera observación es que cuando hablamos de una reforma constitucional no se puede hacer cualquier cosa. La reforma constitucional tiene sus límites y no pueden hacerse cambios que vayan contra el núcleo duro de la Constitución, contra su estructura. Tampoco se puede pedir que un órgano constitucional, autónomo, totalmente alejado del poder político, reduzca a cinco el número de integrantes, de los cuales dos representen al poder político. Eso es inconstitucional.
Analizando la situación, ¿Cuáles serian las consecuencias?
Pareciera que no han pensado en las consecuencias. Hay que hacer las reformas necesarias, pero una cosa es reforma y otra es intervencionismo. Ninguna reforma se hace sacando una carta debajo de la manga, las reformas se hacen consensuadas.
¿Cómo afectarían estos cambios en las futuras elecciones de jueces y Fiscales?
Por ejemplo, si quiero nombrar a juez a Carlos Mora de los cinco integrantes que deciden su nombramiento, se necesitan como mínimo cuatro votos, pero con esta reforma se busca colocar dos votos del poder político. Si Carlos Mora no le es grato al poder político, sencillamente nunca va ser nombrado. Sin duda, habrá capacidad de veto.
En su opinión, ¿Qué hay detrás de este proyecto de ley?
Un proyecto así levanta suspicacias y recelos, si tomamos en cuenta que están siendo juzgados ex presidentes y autoridades políticas y de pronto, se pretende que el órgano que nombra y sanciona a jueces y fiscales sea conformada por representantes de este poder político.
Creo que es demasiado benévolo cuando dice que la ley es un absurdo, En realidad, el término debería ser otro. ¿Usted cree que en este tema hay algo más?
Si, da que pensar eso. Lo que se viene es algo bien oscuro y duro para la justicia. Son palabras mayores. ¿Qué pasaría si el ejecutivo tuviera mayoría en el congreso
Serian prácticamente dos de cinco miembros que tendrían un marcado color político, con interés de nombrar a un juez o fiscal.
¿Cómo cree que asumirían los congresistas la responsabilidad de elegir jueces y fiscales?
Es muy seductor que le digan a los congresistas “mira, tú tienes unacuota de poder en el CNM”. Sin embargo, tengo la esperanza de que ellos adviertan que esta norma nace completamente turbia y viciada.
Tomando en cuenta la calidad del Congreso, es bastante tentador ofrecer un gramo de poder…
¡Ja,ja,ja! Es la oportunidad que tienen los legisladores de decir “esto no es lo mío y yo me mantengo al margen”
¿Hasta dónde podría llegar por defender la autonomía de poderes?
Desde el CNM vamos a tener una posición central para defender la institucionalidad. Es una pena que cerca de las celebraciones del bicentenario de la independencia del país, todavía estemos discutiendo la politización de las instituciones de justicia cuando deberían de ser fortalecidas.
¿Existe algún punto que sea viable en este proyecto de ley?
Ninguno, absolutamente ninguno. No hay ni una coma que sea constitucional.
¿No le parece sospechoso que justo en estos momentos cuando el caso Lava Jato esta en el candelero, achicharrando a líderes políticos, se pretenda dar este tipo de reformas?
Me parece una desinteligencia. Si se quiere determinar esto, seguramente podrían haber utilizado otros mecanismos y en otros momentos. Me parece una falta total de conocimientos, de prudencia y de apertura.
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