Lo llaman el "Reloj del Apocalipsis" y el mes pasado cumplió 70 años desde su creación, cuando apareció por primera vez en la portada del Bulletin of the Atomic Scientists (Boletín de Científicos Atómicos) que lo publica desde entonces.
No es un objeto sino una ilustración, y no avanza o retrocede por una medida científica sino por el parecer del directorio de ciencia y seguridad del boletín, un grupo de expertos que se reúne dos veces por año para determinar cuánto nos resta para la medianoche.
"Es un símbolo que representa cuán cerca o lejos estamos de una catástrofe global. Y lo que queremos decir con eso es cuán cerca o lejos estamos de destruir la vida en la Tierra como la conocemos", explica Rachel Bronson, directora ejecutiva y editora del boletín, donde supervisa el manejo del reloj.
El último cambio en las agujas fue en enero, apenas unos días después de la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, cuando el minutero fue adelantado medio minuto.
Solo una vez el Reloj del Apocalipsis estuvo más cerca que ahora de la medianoche: en 1953, cuando llegó a dos minutos antes de la hora límite, tras unas pruebas de armas termonucleares realizadas por EE.UU. y la Unión Soviética.
Sus responsables creen que hechos recientes como el lanzamiento de un misil balístico intercontinental por parte de Corea del Norte la semana pasada, o la decisión de Trump de retirar a EE.UU. del Acuerdo de París sobre cambio climático, respaldan su alerta.
"Esto no se está moviendo en la dirección correcta", dice Bronson.
Del rock a la ONU
Cuando el Reloj del Apocalipsis nació en 1947, reflejaba la preocupación de los científicos que lo concibieron ante el peligro de un conflicto nuclear al inicio de la Guerra Fría.
Diseñado por la pintora Martyl Langsdorf, esposa del físico del Proyecto Manhattan Alexander Langsdorf, su primer aparición en la portada del boletín marcaba siete minutos para la medianoche.
Desde entonces, la posición de las manecillas fue ajustada 22 veces hacia adelante o atrás.
Las referencias al reloj han ido mucho más allá de la ciencia y la política: bandas de rock como Iron Maiden o Smashing Pumpkings le dedicaron títulos de canciones ("2 minutes to Midnight" y "Doomsday Clock", respectivamente).
También apareció citado en un episodio de la serie de fantasía Doctor Who, producida por la BBC.
En los tiempos actuales el reloj refleja, junto con el riesgo nuclear, la inquietud de quienes lo manejan ante los efectos del cambio climático y tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial y la biología sintética.
En marzo fue el alto representante de las Naciones Unidas para temas de desarme, Kim Won-soo, quien advirtió que el Reloj del Apocalipsis había llegado a su peor marca en 64 años: "La necesidad de avanzar en el desarme nuclear rara vez ha sido tan urgente como lo es hoy", dijo en una conferencia.
De hecho, el reloj está más cerca de la medianoche que durante la Crisis de los Misiles en Cuba en 1962, cuando se mantuvo a siete minutos de la hora final pese a que muchos creen que debía haberse movido.
Bronson explica que eso ocurrió porque la Crisis de los Misiles en Cuba pasó tan rápido que los expertos del boletín no llegaron a juntarse para cambiar el reloj, y cuando lo hicieron EE.UU. y la Unión Soviética ya habían firmado acuerdos de control de armas.
En 1991, con el fin de la Guerra Fría y nuevos acuerdos de reducción de armas entre Washington y Moscú, el reloj alcanzó su mayor distancia de la hora final: 17 minutos.
Pero el gran alivio que se vivió en aquel momento contrasta con el riesgo que las agujas marcan ahora.
"Más peligroso"
Bronson señala que el último ajuste del Reloj del Apocalipsis en enero respondió a una creciente falta de respeto alrededor del mundo a los conocimientos especializados, así como a comentarios descuidados en diferentes países sobre temas nucleares.
"En ambos casos identificamos al presidente Trump y al gobierno entrante (en EE.UU.) como muy responsables por nuestras preocupaciones. Pero no eran los únicos", sostiene.
"Y (Trump) continúa haciendo declaraciones que pueden percibirse —no sabemos en realidad si tiene o no esa intención— como una amenaza velada de usar armas nucleares, lo cual es muy aterrador", dice Bronson.
Relata que en estos días han recibido muchas preguntas sobre si volverán a adelantar el reloj, especialmente a la luz del test de un misil intercontinental de Corea del Norte la semana pasada.
Pero responde que un nuevo ajuste está fuera de planes hasta ahora, porque el adelanto de las manecillas en enero ya anticipó "que el mundo se iba a volver más peligroso" y eso es lo que se está comprobando.
De cualquier forma, aclara que la situación podría cambiar y el boletín se reserva su derecho a mover el reloj.
"Lo importante", concluye, "es cuál es la línea de tendencia. Esto es lo que me preocupa mucho: ¿estamos moviéndonos más cerca o lejos de la medianoche? Y ahora mismo decimos que no es tan peligroso como en 1953, pero nos dirigimos hacia eso".
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