Los mitos sobre el embarazo son tan comunes como los antojos y las náuseas: alguien siempre tiene un remedio o un recomendación que darte (¡y qué decir si eres madre primeriza!).
Que si haces mucho ejercicio puedes adelantar el parto, que la forma de la barriga revela el sexo del bebé, que comer picante ayuda a dar a luz, que es más fácil quedar embarazada en luna llena… la lista es larga.
Con el tiempo, el escepticismo empezó a ganarle el pulso a lo que se suele considerar sabiduría popular y a desplazar la credibilidad hacia la ciencia. Y si bien la mayoría de supersticiones del embarazo resultan falsas, tus tías y abuelas tenían algo de razón en estos tres mitos, que fueron recopilados por la revista Science of Us. ¡Sí, están “científicamente probados”!
¿Trabajo de parto difícil? ¡Es un niño!
Sinceramente, los investigadores no están muy seguros de la razón de este hallazgo. Sin embargo, como lo reportó Science of Us, luego de analizar más de 8.000 nacimientos en un hospital de Irlanda entre 1997 y 2000, un grupo de doctores observó que la labor de parto de las niñas duraba menos de seis horas, mientras que la de los niños superaba ese período. El estudio no incluyó a las madres que dieron a luz prematuramente ni a las que se les indujo el parto.
Además, las mujeres que daban a luz niños tenían más probabilidades de tener complicaciones: el 29% de los partos de los niños necesitó algún tipo de intervención extra, mientras que para las niñas el porcentaje fue del 24%. Y una posible razón para esto es que los niños en promedio pesan 85 gramos más que las niñas. Ahora, otro estudio también reveló en 2003 que las madres de varones consumen más calorías durante el embarazo, hecho que sugiere que los niños son más exigentes incluso durante la gestación.
¿Quieres una niña? ¡Adiós bananas!
Ingerir muchos alimentos en el periodo previo a la gestación lleva a que las probabilidades de que sea un niño se incrementen. Una investigación publicada en la revista Proceedings de Royal Societyen 2008 evaluó a 740 mujeres con embarazos primerizos, tomando como base la dieta que llevaban un año antes de la concepción. Evaluando la cantidad de calorías ingeridas las dividieron en tres grupos: aquellas en el grupo superior dieron a luz a niños en el 56% de las veces, mientras quienes estuvieron en el conjunto inferior tuvieron niñas el 55% de las ocasiones.
Los investigadores también notaron que, adicional a las calorías, otros nutrientes específicos también podrían determinar el sexo del bebé: como el potasio, por eso las bananas. Ingerir este elemento, así como calcio y sodio, aumentaban la posibilidad de dar a luz a un niño.
¿Acidez en el estómago? Sí, es una señal de un bebé peludo
Un equipo de investigadores de la Universidad Johns Hopkins siguió a 64 mujeres embarazadas durante 2006. El estudio, para la revista Birth, reportó que 28 de ellas señalaron que sufrían de acidez moderada o severa y cuando dieron a luz (¡sorpresa!) los bebés de 23 de esas madres tenían un pelo similar al promedio o incluso más abundante. Además, 10 de las 12 que no sintieron acidez tuvieron bebés con menos pelo que el promedio.
Sin embargo, Science of Us, explica que este es un ejemplo perfecto de que la relación entre dos factores no necesariamente significa que uno sea la causa del otro. La acidez y la cantidad de pelo se debió en realidad a las hormonas del embarazo: son las mismas las que regulan el crecimiento de cabello en el útero y las que relajan a los músculos que mantienen el ácido dentro del estómago.
Fuente: CNN
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