El Cordobés Maroni y su noche soñada
- El enganche de 18 años tuvo su debut como titular y cumplió; a los Mellizos los dejó muy conformes; ¿podrá sumar más minutos en los próximos partidos?
El 10 de noviembre de 1996 debutaba como titular un joven que había llegado a Boca proveniente de Argentinos Juniors: se llamaba Juan Román Riquelme. Con tan solo 18 años y un par de maniobras punzantes, puso a la Bombonera completa a sus pies y antes de que finalizara aquel 2-0 ante Unión de Santa Fe, el chico nacido en San Fernando ya se había ganado las primeras ovaciones: "¡Riqueeeelme, Riqueeeelme!".
Lejos de las comparaciones con quien se convirtió en uno de los ídolos máximos de la institución, la primera actuación como titular de Gonzalo Maroni con la camiseta azul y amarilla (ya había jugado 6 minutos en 2016), en la goleada de anoche a Arsenal (3-0), estuvo cerca de tener una relación semejante con los hinchas: el gol y su soltura para desplegarse en el campo dejaron buenas sensaciones y expectativas a futuro en la tribuna, desde donde le brindaron calurosos aplausos cuando le tocó ser reemplazado por Junior Benítez. Y si no lo aclamaron, fue sólo para no saltear etapas, aunque el "Marooooni, Marooooni" quedó trabado en varias gargantas.
Enganche natural, muchos predecían que con el tiempo el ex jugador de Instituto iba a ir mostrando destellos de su juego. Sin embargo, en su primera noche brindó varias perlitas. En una de sus primeras intervenciones, bajó una pelota con el pecho y debieron cometerle infracción para detener su recorrido hacia el arco. En la jugada siguiente, no fue tímido para trabar fuerte una pelota, ganarla y sacarse las ganas de rematar al arco, aunque haya sido muy desviado. Por último, generó el "Ooooole"de la hinchada con un sombrero de espalda y la rapidez para utilizar el sobrepique para "cachetearla"y hacer un caño. El gol pareció cumplir el sueño al cien por ciento, y por eso se fue yendo del partido poco a poco.
Guillermo Barros Schelotto quiere imponer tanta distancia con sus futbolistas que ni siquiera con el juvenil cordobés quiso actuar de manera diferente a la habitual: cuando lo sacó del campo para que el estadio le reconociera su buena labor, sólo atinó a estirarle la mano para un saludo muy cordial, algo simple que para el chico será un recuerdo más que grato e inolvidable.
¿Cómo se movió Maroni una vez concluida la goleada?
Su padre Diego, chofer de colectivos en Córdoba, estuvo en la Bombonera para disfrutar de la primera presentación de su hijo y no se movió de la zona de vestuarios para reencontrarse con él. Mientras tanto, "Maravilla" (así lo apodaron en Alta Córdoba) debió afrontar, con la timidez de sus 18 años, el contacto masivo con la prensa por primera vez. "Cuando hice el gol se me puso la mente en blanco. Después me acordé de toda la gente que quiero", dijo, rodeado de micrófonos, cámaras de TV y teléfonos. No obstante, más allá de las sensaciones que pudiera transmitir, solamente sus ojos describieron el momento que vivió: rojos y vidriosos, a punto de largar más lágrimas de las que seguramente ya habían sido secadas en el vestuario.
Retornó al vestuario, recogió algunas de sus pertenencias y se fue acompañado de su padre y un par de personas que no dejaron de felicitarlo y darle cariño. Fue el primero en salir de la Bombonera y su ansiedad por ver al resto de sus familiares era tal que ninguno de los fanáticos xeneizes que aguardaban la salida de los jugadores se atrevió a frenarle su veloz caminata para pedirle una foto o un autógrafo. Él se fue feliz y el hincha, de todas formas, también: su gol cerró una victoria necesaria para que Boca volviera a ser el único líder del campeonato.
Quién es Gonzalo Maroni, el cordobes de 18 años
El juvenil cordobés convenció a los Barros Schelotto por encima de Zuqui, Solís y Oscar Benítez; la difícil misión de encontrarle el reemplazante a Centurión y la falta de juego en las últimas fechas fueron los motivos de su elección.
La lesión de Ricardo Centurión dejó un espacio muy difícil de llenar en la formación inicial de Boca: en el encuentro ante Patronato de Paraná, el elegido por Guillermo y Gustavo Barros Schelotto había sido Nazareno Solís; contra Atlético de Rafaela, el fin de semana pasado, la alternativa fue Fernando Zuqui. Frente a Arsenal, la oportunidad le llegará ahora a Gonzalo Maroni, que llegó desde Instituto, cumplió 18 años el mes pasado y en el verano realizó su primera pretemporada.
Cordobés del barrio Poeta Lugones, llamó la atención desde muy chico cuando apareció en un torneo infantil intercolegial transmitido por televisión. Era la figura del instituto Peña, con un juego encarador y vertical a través del cual apilaba adversarios y sumaba un gol tras otro. En la escuelita EFUL, donde jugaba los fines de semana, también asombró a muchos.
Socio de Instituto desde los 3 años, llegó a las inferiores de manera natural: toda su familia era hincha del conjunto de Alta Córdoba. Ahí se ubicó en una posición más retrasada, como media punta o enganche para ganarse el apodo "Maravilla" y, a la hora de las inevitables comparaciones, ser referenciado en el estilo de Pablo Aimar.
Primero Belgrano y después San Lorenzo intentaron sumarlo a sus canteras, pero cada vez que hablaron con su familia la respuesta que encontraron en su padre, chófer de colectivos, fue la misma: que no se movería de Instituto hasta lograr el sueño del debut en primera con la casaca roja y blanca. Así fue como con su impronta potreril y desfachatada se quedó en la Gloria.
En la entidad cordobesa fue Héctor Rivoira quien lo promovió al plantel profesional cuando apenas tenía 16 años. El ansiado día del estreno llegó el 11 de agosto de 2015, ante Atlético Tucumán en Alta Córdoba. En aquel campeonato del Nacional B, luego ingresó frente a Guillermo Brown de Puerto Madryn, Santamarina de Tandil, Chacarita y Guaraní Antonio Franco. Hasta que en diciembre de ese año, Boca le compró a Instituto su pase y el de Agustín Llanos en una cifra superior a los 6.000.000 de pesos. Maroni todavía se lamenta no haber podido jugar más en el club de sus amores.
Con su muy buena pegada, en la Reserva es el encargado de ejecutar las pelotas detenidas y también marca diferencias con disparos de media distancia. Desequilibrante en el uno contra uno, continuamente busca ir para adelante aunque algunos en Boca consideran que todavía necesita mayor madurez mental y desarrollo físico para no ser intermitente en el desempeño colectivo.
Maroni solamente disputó 6 minutos con la camiseta de Boca, en el torneo pasado frente a Estudiantes. Aquel 16 de mayo del año pasado en el que el Pincha se impuso 3 a 1 en el Estadio Único, Guillermo, que había dispuesto un equipo alternativo por la participación en la Copa Libertadores, lo mandó a la cancha por Alexis Messidoro cuando la desventaja era de un gol. Frente a Arsenal, Maravilla podrá tener su debut desde el arranque para mostrarle sus gambetas a la Bombonera
Fuente: LaNacion
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