(AFP) Al menos 61 personas murieron y más de 200 resultaron heridas en un potente terremoto de 8,2 grados que sacudió el sur de México, el "mayor registrado" en los últimos cien años en el país.
"Son 61 personas que lamentablemente fallecieron", de las cuales 45 en el estado de Oaxaca, 12 en Chiapas y cuatro en Tabasco, dijo el presidente Enrique Peña Nieto desde la ciudad de Juchitán, la más golpeada por el sismo, con 36 de fallecidos hasta ahora.
Las autoridades han advertido de la posibilidad de una réplica superior a 7 grados en las 24 horas posteriores al sismo, lo que apresura las tareas de rescate en zonas afectadas.
También se teme que el balance de víctimas siga en aumento.
Palacio en ruinas
En Juchitán, localidad de unos 100.000 habitantes con fuerte presencia de la etnia zapoteca localizada en el sur de Oaxaca, el terremoto redujo a escombros el Palacio Municipal.
En la madrugada, un solitario poblador se aventuró entre los destrozos de lo que fue una majestuosa construcción colonial para rescatar una bandera mexicana y ondearla, imagen captada en video y reproducida viralmente en redes sociales.
Muchas casas, escuelas y el mercado estaban partidos por la mitad, otros exponían sus entrañas con tabiques quebrados, vigas metálicas dobladas y cristales rotos.
"¡Dios quiera que salga vivo!", clamaba una mujer zapoteca mientras esperaba expectante que rescataran a un policía municipal que hasta la tarde seguía bajo los escombros del palacio.
"Estamos haciendo todo lo posible para sacar al compañero. Eran dos los que quedaron atrapados y ya rescatamos a uno con vida", explicó a la AFP un agente con su uniforme cubierto de polvo, mientras sus colegas buscaban, pala en mano, entre las montañas de escombros.
"No tengo memoria de un terremoto tan terrible, si acaso el de Ciudad de México de 1985. Ahora aquí toda la ciudad es una catástrofe, muchos daños, muchas muertes", comentó a la AFP Vidal Vera, policía de 29 años que participa en las labores de rescate.
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